Por las noches que serán y no serán, por los besos prohibidos, por mi alma corrupta de infelicidad, por haberte tenido y no tenerte, por mi rabia, por mi maldad, por desearte a pesar de que no te deseo
Por el sueño que no tuvimos, y por la ilusión que se rompió.
Por las 5.300 lágrimas que chocaron contra el sucio suelo de aquel parque, de aquella estación, y se mezclaron con el polvo, el barro, el pis, los gérmenes y todo aquello que dio tanto asco a los transeúntes que caminaban perplejos, a los niños que señalaban mis ojos, a las madres que aligeraban el paso, a los indigenas que vomitaban risas a horcajadas los unos sobre los otros frente a este patético retrato que hoy describo con mas de tres palabras y que abandonaré en un rato, que quemare en un futuro, y que negare si alguno decide recordarlo.
En fin, por ti mi vil delirio, dejaré que el vino hostigue mis venas e inunde mi cerebro harto de melancolía y paraísos artificiales, donde jamás ángel alguno vivió, ya sabré arrastrarme entre la bilis y la resaca para encontrar un inodoro propicio donde maldecirte, ya encontrare una cefalea que destroce mis neuronas para olvidarte de una vez por todas y arrancar de mi esta estúpida sensación, esta estúpida imagen, este estúpido..
Primo, ahí es cuando yo pensaria en Cementerio...ese dolor, esa carga que tenemos encima, se traduce en esos pensamientos.
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